Consecuencias de la crisis migratoria en la formación del capital humano en Venezuela

Introducción

En la economía moderna, el capital humano es una fuente de ventaja competitiva y juega un papel crucial en el desarrollo de un país y la creación del bienestar de su sociedad. Esta forma de capital se puede definir de la siguiente manera: “El conocimiento, habilidades, competencias y atributos incorporados en los individuos que facilitan la creación de bienestar personal, social y económico” (OCDE 2001). Los individuos con un mayor nivel de capital humano suelen ser más productivos, vivir más tiempo y tener vidas más saludables.

El alto nivel de emigración, que se observa recientemente en Venezuela, crea enormes desafíos para la economía de un país emisor porque el flujo migratorio generalmente consiste predominantemente en personas en edad laboral. Esto tiene consecuencias a corto y largo plazo. La emigración no solo crea escasez en la cantidad de personas que pueden utilizarse en procesos económicos, es decir, la reducción de la oferta del mercado laboral, sino que también puede reducir la calidad general de la fuerza laboral cuando las personas educadas se mudan de un país en particular.

Si un período de migración es relativamente corto y los migrantes regresan al país de origen, se puede considerar como un proceso positivo. Los migrantes que viven y trabajan en el extranjero pueden obtener capital humano adicional al absorber nuevas habilidades, conocimientos sobre el mundo, crear conexiones internacionales, etc. Sin embargo, si el período migratorio es más largo y los migrantes trabajan por debajo de sus calificaciones, esto puede llevar a fenómenos de fuga de cerebros y desperdicio de cerebros. La sociedad pierde su inversión en capital humano, ya que no puede utilizar a las personas productivas que emigraron en su economía (inversión sin retorno) y, además, los migrantes pierden parte de su capital humano al trabajar por debajo de sus calificaciones en trabajos simples (por ejemplo, nuestras estimaciones muestran que en Perú alrededor del 50% de los venezolanos de 20 a 64 años trabajan por debajo de sus calificaciones (INEI 2018 & 2022) y alrededor del 40-45% trabajan en ocupaciones elementales). El peor escenario para un país de origen es cuando esos emigrantes no regresan en absoluto. Todas las inversiones anteriores en capital humano de un país de origen se pierden y las ganancias solo las aprovechan los países de destino.

En el caso de Venezuela, en un tiempo relativamente corto, aproximadamente 7-8 millones de personas emigraron del país, creando una brecha sin precedentes en el tamaño de la población. Además, los emigrantes venezolanos están bien educados y, por lo tanto, tienen un alto nivel de capital humano. Por ejemplo, entre los venezolanos que vivían en Perú en 2018, el 50% de los hombres y el 60% de las mujeres tenían educación postsecundaria o superior (Figura 1).

Figura 1. Nivel educativo de los inmigrantes venezolanos de 20 a 64 años en 2018 y 2022 por sexo

Mientras que las estimaciones de Lutz et al (2018) sugieren que en 2015 en Venezuela, la proporción de personas con al menos educación postsecundaria era de alrededor del 23% (Figura 2).

Figura 2. Población por edad, sexo y educación en Venezuela en 2015

Nuestras estimaciones tentativas y aproximadas basadas en la encuesta peruana ENPOVE (INEI 2018 y 2022) y en la suposición de que 6 millones de venezolanos abandonaron el país antes de 2020 sugieren que en 2020 la población de 20 a 34 años fue aproximadamente un 32% más pequeña de lo que hubiera sido sin la crisis migratoria. La población de 34 a 44 años perdió alrededor del 20% de su tamaño. Es importante enfatizar que estos cálculos sugieren que Venezuela perdió entre 1,5 y 2 millones de personas con educación postsecundaria o superior hasta 2020. Estas personas no solo no contribuyen a la economía de Venezuela (excepto las remesas) sino que tampoco contribuyen a la reproducción de la población del país (si los niños nacen fuera del país).

Objetivos

En nuestro proyecto queremos evaluar las consecuencias a corto y largo plazo de la crisis migratoria en la población por edad, sexo y capital humano, y en el lado de la oferta del mercado laboral en Venezuela utilizando métodos de modelado demográfico y de capital humano con múltiples escenarios basados, entre otros, en nuestra propia encuesta realizada en universidades de Venezuela.

También proyectaremos el tamaño de los flujos de cohortes posteriores que ingresarán a las universidades en Venezuela en el futuro. Basándonos en este enfoque, podremos mostrar las consecuencias de diferentes futuros migratorios y educativos. Estimaremos la estructura actual de la población por edad, sexo, educación, procesos demográficos (mortalidad, fecundidad y migración) y las tasas de progresión educativa.

Nuestra encuesta será desarrollada por un equipo de investigadores de Venezuela y Europa y se llevará a cabo en las principales universidades de Venezuela. El enfoque de la encuesta será la intención migratoria de los estudiantes.

Participantes

  • Coordinador – Instituto Latinoamericano de Altos Estudios Europeos (ILAEE)
  • Equipos de investigación de universidades en Venezuela
  • Centro de Estudios Avanzados de Población y Religión (CASPAR) en Polonia
  • Instituto Internacional de Sistemas Aplicados